"No deje huella" o cómo disfrutar de la naturaleza sin dañarla
Alaka’i, fundador de Chasqui Outdoor, compartió las mejores prácticas de esta filosofía que promueve el respeto por el entorno natural
¿Qué es la filosofía No Deje Huella? ¿En qué consiste y cómo puede enseñar a otros a visitar espacios naturales sin alterarlos? Este precisamente fue el tema en la primera edición del ciclo de charlas educativas “Conversación Austral”, inaugurada el martes 22 y transmitida en vivo (Live) a través de la cuenta en Instagram de Activo Austral y que contó con la participación de Alaka’i, miembro fundador de Chasqui Outdoor.
Con esta iniciativa que conduce Rafael Sotomayor Narbona, mejor conocido como Mr.Biósfera, Activo Austral abre una instancia o espacio para compartir conocimientos, formar y difundir información valiosa sobre el cuidado del medio ambiente, ecología, protección de la flora y fauna, y respeto por la naturaleza.
Chasqui Outdoor y #NoDejeHuella
—¿Cómo nace Chasqui Outdoor?
Llevamos más de 10 años visitando la Precordillera. Muy temprano me vinculé con organizaciones que protegen el medioambiente. Por eso decidí estudiar geografía. Llevo varios años haciendo caminatas guiadas con amigos que se han formado como guías. A finales de 2017 hicimos el intento de profesionalizar lo que hacíamos en algo que denominamos gestión socioambiental, pero que también puede llamarse emprendimiento. Y allí decidimos crear Chasqui Outdoor. No estamos enfocados en un público especialista, ni un público dedicado a hacer montañismo, sino en traer a la precordillera a personas que nunca han hecho trekking y para las que esta actividad pueda ser atractiva.
—En estas caminatas ustedes combinan muchísimo no solo el conocimiento del lugar, sino también que las enseñanzas vayan a un nicho, que se enfoque en personas que no son expertas sobre estos temas. Creo que hay que cautivar al público que no conoce mucho esto. Ustedes le dan como esta vuelta y ponen temáticas que no son del conocimiento general. Ustedes le dan caña y caña a la filosofía del Leave No Trace, o No Deje Huella. ¿Qué representa para ti esto? ¿Es un modo de vida, una filosofía?
Para nosotros hace rato que es parte de nuestra vida, ha dejado de ser un tema, porque lo internalizamos. En las caminatas siempre damos las instrucciones necesarias para que la actividad tenga el menor impacto posible. Cuando vamos al cerro solos, prácticamente ya no pensamos en la práctica de “No Dejar Huella” porque realmente lo vivimos, lo aplicamos. Está ahí no más, ya es parte de nosotros.
—¿Podrías explicarnos qué significa, en qué consiste, cómo nace este concepto? Especialmente para quienes no manejan o no conocen de qué trata este concepto de No Deje Huella.
A mediados de los años 60 se da en EEUU este boom del trekking y de los Parques Nacionales. Entonces se puso muy de moda, como ocurrió acá en Chile hace 10 años, que se puso de moda el trekking o senderismo. En EEUU se dieron cuenta muy pronto que mientras más gente iba a los parques, más se iba deteriorando. Y allí comenzaron a pensar o idear una serie de instrucciones —o sencillamente educar— para que las personas no causen daños al entorno. Se crea entonces la Escuela Nols (National Outdoor Leadership School), que es una escuela para formar líderes en educación ambiental, para formar a los monitores. En los 90 comienza a llegar a Chile, y en los años 2000 se comienza a implementar. En principio se crearon 7 principios sobre cómo comportarse en la naturaleza. Hay que comprender que con solo caminar en la naturaleza, vamos a tener un impacto. Pero la idea es que este sea mínimo, o que sea positivo. Como llevarse la basura, caminar por suelo firme o un sendero que ya esté hecho. Si uno no sabe mucho de esto, no le hace a la gente mucho sentido. Para que funcione hay que saber cuál es el impacto que tenemos. Pero creemos que es un concepto que hay que territorializar, adaptar. Por eso es importante que las prácticas surjan de la realidad de cada país, para tener en cuenta cuál es el daño que se hace localmente para poder atenderlo y disminuirlo.
—En distintas etapas o períodos de la educación se enseña a llevarse la basura, cómo apagar una fogata, sobre todo en este período estival. Pero mucha gente podría interpretar este concepto o filosofía de “No deje huella” como una prohibición de ir a estos lugares. El no visitarlos sería disminuir la consciencia y nuestra conexión con la naturaleza. Pero lo importante es tener en cuenta el impacto. De manera que la gente tenga una serie de normas básicas que tal vez no están de sobra.
Es cierto, durante años algunas normas de comportamiento en la naturaleza y en los parques han sido prohibitivas: No bote basura, no camine por acá. Pero ahora todo es más propositivo. Eso puede ser lo bueno —y lo malo— de esta filosofía, que es más propositiva. Por eso dice “evita” o incorpora este término. Creo que acá en Chile sí hay que ser un poco prohibitivo. Hemos aprendido que las fogatas y el fuego en la naturaleza o en los Parques Nacionales son muy perjudiciales. En nuestros talleres igual mostramos cómo hacerlas, pero únicamente es cómo un recurso límite, en caso de alguna emergencia, para no morir de hipotermia, por ejemplo. Acá hay parques y áreas naturales que no tienen un control de los accesos o un guardaparques que pueda darte información, como un folleto o material instructivo. Por eso hay que adaptar la filosofía para que funcione.
—En algunos parques te piden el carnet. Una de las cosas que me llama la atención es la de adaptar. Como por ejemplo, no llevar animales a estos lugares. ¿Podrías contarnos un poco los peligros de llevar mascotas o animales y los riesgos para la fauna local al llevar perros?
Esto sucede porque no hay muchos parques urbanos. Siempre se habla de mascotas, pero hay que decir que en la mayoría de los casos se trata de perros. Aquí hay dos grandes problemas. Hay un tema de depredación: aunque lo lleves con correas, el perro siempre se puede arrancar y siempre se podrá meter en alguna madriguera. Lo he visto miles de veces, hurgan, escarban. Los perros comen un tipo de alimento que nosotros fabricamos. Los perros también tienden a enfermarse, contagiarse con bacterias o virus y esto queda en las fecas, que puede afectar la microbiota, a los zorros que van a oler, o a los microorganismos. Todo se puede contagiar por contacto. Por otra parte, los perros asilvestrados forman jaurías. Que cazan caballos, pumas, zorros, guanacos. Esto ocurre y es súper grave.
—Para que la gente entienda un poco estos principios, voy a ir nombrándolos. El primero es planificar la actividad o el viaje. ¿De qué trata?
Desde la mirada de “No Deje Rastro” se recomienda también hay que ver el clima, hay que asegurarse de planificar una excursión. Es importante saber cuáles son las condiciones, con qué te vas a encontrar cuando llegues. Cuáles son las condiciones climáticas, si va llover, si hará frío o calor, qué rutas van a recorrerse.
—El segundo principio es “Viaje y acampe en sitios resistentes”.
Este principio habla un poco más sobre si se va a caminar por senderos, lo mejor es elegir el que está más erosionado, para no deteriorar otras vías o rutas. Por eso el sendero siempre va a estar sin vegetación. Si se va a un lugar donde no se ha ido antes, lo importante es esparcir las actividades, sobre todo si se va en grupos grandes, para no generar impactos mayores, más duraderos, o permanentes.
—Otro punto importante es disponer de los desperdicios. Si consumiste un plátano debes llevarte la cáscara. Es importante retirar o llevarse de vuelta todos los residuos.
Nosotros siempre decimos que todo lo que puedas subir, lo debes bajar de regreso. La gente siempre comenta o responde lo que la cáscara de plátano [que es desecho orgánico, biodegradable, y que por ende estaría bien dejarla], pero no siempre es así. Una cáscara de naranja no pertenece al bosque, porque no tiene la misma acidez. Además no se degrada, se seca, queda allí. La otra parte tiene que ver con los desechos humanos, donde hacer pipí. Lo que más debemos enfatizar acá es no contaminar las aguas. Si hay un curso de agua, lo mejor es evitar orinar cerca. Al menos 60 metros de distancia debemos tomar. La orina casi no contamina. Si uno va acampar, lo ideal es hacer pipí en una roca, o en un lugar sin vegetación donde llegue el sol y pueda secarse. No se recomienda hacerlo sobre las plantas porque la orina contiene sales y las plantas toman eso. En cuanto a la caca, lo mejor es hacer lo que llaman un ‘hoyo de gato’. Cavar con alguna pala de plástico y taparlo luego. Se recomienda hacer un hoyo de al menos 60 centímetros. En cuanto al papel, hay que llevárselo sí o sí.
—Es un problema el del papel...
Las cuevas y los aleros rocosos, siempre han sido por siglos refugios, pero en los últimos años las cuevas parecen baños. Y esto es un tema netamente cultural. Pero iba a decir que Senderos de Chile también hizo una adaptación territorial e incluyó el desierto en el tema de manejo de desechos. Hay una salvedad, y es que en el desierto hay que disponerlos no tan profundo, sino más en la superficie, entonces lo ideal es que queden más arriba para que el sol los seque. De Coquimbo hacia arriba hay que disponer de las fecas de manera más superficial, mientras que en los bosques más abajo.
—El quinto principio dice “Respete la Fauna Silvestre”. Esto tiene que ver con no alimentar a los animales.
Sí, pero también tiene que ver con no llevarse las cosas, como huesos, restos. También con respetar los hábitats, no cazar, evitar la caza. Hay que informarse de su normativa con respecto a la caza. La Ley de Caza es muy permisiva, permite cazar mucha fauna nativa que no debería. Pero este principio también está vinculado con no comprar animales exóticos. Respetar el hábitat es también no hacer ruidos. No dejar cosas que puedan comerse los animales. Hay lugares de Chile donde la gente se detiene o para en caminos porque hay zorros, quieren verlos de cerca, pero los alimentan. Me ha tocado ver zorros, como zorros culpeos, que se acercan, que no le tienen miedo a las personas. Recomendamos sacarles fotos, porque es una gran experiencia, pero después es preciso que los echen, porque así el animal vuelve a tener cautela o cuidado de los humanos. Lo que sucede es que los animales se adaptan, dejan de cazar, pierden destrezas o modifican sus conductas y esto puede ser perjudicial.
—Minimice el impacto de las fogatas. Pienso en minimizar el uso de las fogatas.
Pienso que hay que hacer convivir estas dos visiones con respecto a las fogatas. Es un tema cultural y ancestral. En Chasqui Outdoor estamos incursionando en la tradición oral, que está muy ligada a la fogata. El ser humano se desarrolló gracias al control del fuego… Pero también tenemos gente que no las apaga, quema el suelo, daña mucho el suelo, durante muchos años no crecerá vegetación ahí. Incluso el tema de las rocas, porque mover una roca produce un impacto, que le resta humedad a esa zona donde estaba la roca, que ya no va a estar porque donde se pone esa roca habrá fuego. Lamentablemente, y hay que decirlo, no hay fogata bien hecha.
—La solución sería manejar un equilibrio. El quinto principio es considerar a otros visitantes. ¿Nos puedes explicar esto?
Está muy enfocado hacia el visitante. Una de las cosas es privilegiar los sonidos naturales. Y en esto encuentro mucha razón. Hay gente que va a la naturaleza a estar solos, a sentir paz, a encontrarse con el entorno y con sí mismos. Y si tú vas y encuentras mucha gente, la experiencia no es la esperada.
—El último es “Deje Lo que Encuentre”.
Las cosas vivas, como fauna o flora, hay que dejarlas allí. Dejar eso, sacarle foto y no llevárselo. La experiencia del visitante es dejar esas cosas allí para que otra persona pueda apreciarlas. Esto tiene también un motivo arqueológico. Lo que se hace es registrar todo, tomar todas las fotos, dejarlo en un lugar oculto y luego ir a la autoridad necesaria para para que pueda documentar y rescatar la pieza.